Para propiciar la
transformación de las escuelas los docentes deben empoderarse de todas las
herramientas, recursos y estrategias que le permitan crear ambientes
participativos, donde la familia, la comunidad, los docentes y los educandos se
sientan motivados y compartan la visión de una educación de calidad sustentada
en el trabajo colaborativo y donde los recursos que provee el entorno puedan
ser aprovechados con eficiencia.
Se requiere un
docente creativo, reflexivo, orgulloso de sí mismo, que valore en su justa
medida a cada uno de los actores que intervienen en el proceso educativo y que
esté presto y capacitado para convertir cualquier evento en una situación de
aprendizaje.
En definitiva, se
necesita un docente comprometido con la labor que realiza, con su propia
formación y que esté consciente de que dejando huellas positivas en sus alumnos
puede poco a poco transformar sus vidas, la escuela, la comunidad, la
nación y el mundo.
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